viernes, 17 de abril de 2020



Cuarentena de mamá, hija y gato (Chimi)



No sabemos ni cuantos días llevamos en cuarentena, ni que día es hoy, ni que día fue ayer. Sé que fue jueves porque María tuvo su primera clase en línea de Taekwondo; y es en ese momento donde una piensa: bendita sea la tecnología y qué haríamos en este mundo si alguien no hubiera inventado esa aplicación de Zoom, porque no había visto a mi hija tan feliz en muchos días, como ayer en su clase de TKD.


Mientras yo escribo esto, María le pregunta a su gato (Chimi): – ¿Qué películas querrá ver hoy?– Yo tengo que escribir un texto larguísimo que no he empezado, y realmente mi cabeza sólo está en otras partes del mundo: en Mazunte, en Holbox, nadando con el tiburón ballena, en el metro de la Ciudad de México escuchando a las músicos ambulantes, viendo a las chicas arreglarse en los vagones rumbo al trabajo y enchinándose las pestañas. Me imagino con María camino a la escuela, tomando el trolebús.

María saluda a la gente que pasa por la ventana, y ellos a su vez saludan a Chimi (nuestro gato); han de saber que a Chimi le encanta estar en la ventana, viendo a la gente pasar: le toman fotos, la saludan, las chavas que vienen saliendo de la secundaria justo a esta hora, estarían ahora tomándoles fotos. Hoy sólo ha pasado una señora y lo crean o no le dijo: –"¡Hola Chimi!"–.

¿En que otros lugares está viajando mi mente? Pues está en el Festival de Cine de Cannes viendo el hermoso mar Mediterráneo, pensando en todos mis compañeros periodistas que como yo no podemos ir a ningún festival de cine del mundo; quién sabe hasta cuando, así que no podemos trabajar como estamos acostumbrados; tenemos que trabajar en Casa, en Línea… Y estoy de acuerdo en que hay que seguir las indicaciones de la OMS, pero no voy a negar que si pudiera tomaría un vuelo a Francia e iría a ver si sigue ahí las Crepería de Cannes donde siempre voy y tomo Sidra de manzana y las ostras, las panaderías, los croissants; el Grand Palais, el Teatro Lumière, estaría subiendo por la Alfombra Azul para ir a ver funciones de la sección "Una Cierta Mirada", correría para llegar de ahí a la Sala Buñuel a una se las funciones de Cannes Clasiques… Después haría una pausa en alguna terraza y me tomaría una cerveza viendo el muelle y los barcos de vela. Me metería a la última función de la noche en la Sala de Prensa…








Y vuelo de nuevo a pensar en que debería estar escribiendo el Texto de la cinta "Selah and the Spades", que por cierto tiene su estreno Mundial hoy en Amazon y es una maravilla de película para todas las adolescentes y jóvenes que todos los días luchan en las preparatorias de todo el mundo, por no sucumbir ante el bullyng y todas la vicisitudes que uno tiene que pasar en la adolescencia, creo que la etapa más Horrible de todas las etapas de la vida. Es hermosa en algunas esferas de la existencia, pero en otras, es como si un alíen se le hubiera metido al cuerpo a una. Y entonces pienso en Vala y Mile –mis sobrinas de 14 años–, que están pasando sus días encerradas en medio de una Pandemia, cuando yo a su edad, todos los viernes iba ala taller de Atletismo, o aquí acullá, al cine a ver La sociedad de los poetas muertos  y todos mis pensamientos regresan a los cines y a los viajes… A Toulouse, a Atacama, a la Patagonia Argentina, a la Paz… 






Y entonces pienso en la poesía, la maravillosa Poesía de T.S Elliot: "April is the cruellest month…"


(De pronto afuera suena el tintineo del triángulo del señor de las obleas y María sale corriendo a comprarle unas) veo por la ventana que lo encuentre, y veo gente pasar…

Y me acaban de avisar afuera que van cortar la luz tres horas, y qué remedio… 

Seguiremos encerradas sin luz eléctrica, peso sí luz solar e inventando cosas que hacer aquí adentro.

Claro que la casa de uno debería ser un Oasis, pero cuando uno se quiere quedar por gusto y no porque si sale puede contagiarse de una enfermedad de la que pocos saben verdaderamente algo.

Y entonces esto de "quédate en casa, trabaja  en línea, haz citas en Zoom, haz esto y lo otro en tu casa" no se puede. La realidad es que si estos trabajadores de la Compañía de Luz se hubieran quedado en su casa nuestro transformador de todo el edificio, habría explotado. 

Así que gracias al Cosmos por estos señores que no se quedaron en casa y vinieron a arreglar este transformador a punto de explotar en medio de una Pandemia de CIVID 19. Ya tendremos que arreglárnoslas sin luz una horas y sin Internet. Podemos jugar ajedrez y hacer cualquier cosa, lo que la gente hacia antes de que Edison, Tesla y el otro inventaran la Luz eléctrica.

Fin (se va la luz)



P.D. Dice María: ”Mamá pasa la gente con sus perros y la señora con sus tapabocas…”











martes, 9 de abril de 2019

      

SOBRE COSAS QUE NUNCA SUCEDIERON... Y OTRAS QUE SÍ.


     Empecé este "blog" pensando que me dedicaría a escribir de cine y que mi amiga Margarita tomaría todas las fotos del blog, e iríamos por el mundo "De Festival... en festival"; proyecto que no llegó a ningún lado o no al que estaba destinado; y que me pasaría los días escribiendo de cine como lo había venido haciendo los últimos 18 años de mi vida: yendo a los más importantes Festivales de cine del mundo y entrevistando a todos mis directores favoritos, a otros desconocidos y vería al menos cuatro películas al día en cada festival, comería delicioso y vería muchos atardeceres espectaculares en la Costa Azul...


     De pronto nada resultó como yo esperaba, absolutamente nada, y hace menos una semana aproximadamente murió Agnès Varda, un 29 de marzo del 2019, a los 90 años; una de mis directoras de cine favoritas. La primera película que vi de Varda fue Cleo de 5 a 7 en 1994 en la "Cineamteque Francaise"en el número 51 de la calle Bercy, cuando tenñia 19 años y  según  yo quería estudiar cine en la FEMIS de Paris; y en lugar de eso me dediqué a ver una o más películas diarias durante mi estadía en Paris de un año,  aprendí francés, comí por lo menos una crepa al día y un  "pain au chocolat"; viajé lo más que pude por Europa (locuaras que una hace a los 20 años) y pasaba muchas horas en un "Bar familiar" en Bastille con un un amigo que ya nunca veo, con quien no parábamos de hablar de los que fuera y tomar cervezas (el bar era de todo menso familiar).

     De pronto, la semana pasada 20 años después, me di cuenta que "da lo mismo" si uno va a o no a un festival de cine; lo importante, lo realmente trascendente es ver cine, en donde sea – de preferencia en una sala de cine y solo–;  y que la película que uno acaba de ver, lo deje pensando y en estado de "trance" por al menos una hora y sin poder decir una sola palabra; como me sucedió el jueves pasado después de ver Beautiful Boy de Felix van Groeningen, director del que honestamente no sabía nada hasta ver su cinta; de la cual he leído que algunos críticos dicen que es "tediosa y desconcertantemente inerte", lo cual seguramente me convierte mi en una persona a la que lo gusta lo "tedioso", pues me pareció de todo, menos tediosa; salí con el corazón estrujado y con ganas de investigar (al igual que el personaje que interpreta Steve Carell: el periodista David Scheff) todo lo posible sobre la "metanfetamina de cristal", para nunca acercarme a ella y no permitir que mi hija se entere de su existencia... Claro mi hija tiene apenas 8 años; pero bueno como madre es inevitable pensar estas cosas horribles y catastróficas.  
     
     Y así que como los personajes de Los lunes al sol (2002), de Fernando León de Aranoa, a quien entrevisté hace algunos años en el festival de Cine de Cannes, mis días pasan entre hacer cajas para mi mudanza número 5 en menos de diez años; deshacer luego las cajas en otra dirección mientras enloquezco cada día un poco más; comprando más cinta canela y burbujas para envolver; recibir plomeros y trabajadores de Telmex para que instalen de nuevo la misma línea que han instalado en cinco diferentes direcciones:  en una de ellas, en San Pedro de los Pinos, estaba embarazada; en la otra con una hija recién nacida en el Cerro del Ajusco y todavía casada - no por mucho tiempo–; la siguiente vez que tuve a los empleados de Telmex en mi casa fue en el barrio de Mixcoac, en la calle de Málaga, ya soltera y con una hija de tres años, a quien le encantaba pasar las horas en el balcón haciendo juegos de té y picnics con todos sus muñecos de invitados y una sombrilla para taparse del sol, platicando con nuestra vecina de edificio: Carmina, una mujer encantadora quien más adelante nos invitó a su casa a ver su colección de nacimientos... ; tres años después, nos mudamos a dos cuadras, a la calle Jerez– por fin divorciada y con una hija de seis años– . También  ahi fueron a instalar la misma línea telefónica al "edificio de los gatos", entre otros personajes interesantísimos... Según yo iba a hacer un documental sobre todas mis vecinas y los gatos, nunca lo hice.

     Y ahora, todavía soltera – supongo que por salud mental y por que así es la vida–en otra casa, en el Barrio de San Lucas en Coyoacán, paso mis días con mi gata negra:  Ferguson Chimichurri,  a quien de cariño le decimos "Chimi"; y con una hija de 8 años inteligentísima – mamá cuervo–  de pelo negro ,lacio y hermosa y cariñosa; con quien ahora puedo hacer paseos largos por Coyoacán... Antes, hace ocho años, los hacíamos yo empujando su carriola roja y ella casi siempre dormida a la hora del paseo... Hoy casi casi podría decir, que María me llevó de paseo por Coyoacán y me enseñó su barrio, pues seis años de su vida los pasó paseando por Coyoacán de la mano de su papá (supongo)...

Y en medio de todo esto, me pasó lo mas terrible que le puede pasar a una hija: murió mi madre (en mi opinión mucho tiempo antes de lo que debería haber sido...)




sábado, 18 de marzo de 2017


Jim Sheridan, abrió la edición 32 de FICG Guadalajara con su corto: 11th  Hour (2016), protagonizado por Salma Hayek.
Por Isabel Cárdenas Cortés, desde Guadalajara.  


 Retrato a Jim Sheridan. © FICG / Magali Espinosa 


El ritmo imparable de este festival te lleva de un lado al otro de la ciudad corriendo sin parar como Lola la protagonista de Corre, Lola, Corre, personaje que aparecía en los spots de esta gran fiesta del cine que se llevó a cabo del 10 al 17 de marzo del 2017. El país invitado de honor fue Alemania. Durante los seis días que estuve en Guadalajara recorrí la hermosa calle de Vallarta de arriba abajo para ver los documentales mexicanos más desgarradores como Batallas Intimas (Lucia Gajá) y La Libertad del diablo  (Everado González), una fábula hermosa y mística: Sueño en otro Idioma (Ernesto Contreras), tragedias ecológicas irreversibles de la Muestra Film 4 Climate, como la cinta Resurrección (Eugenio Polgovsky). Un maratón sin pausa ni tregua de película tras película, entrevista tras entrevista y de pronto, entra una llamada: “mañana tienes tu entrevista con Jim Sheridan”.  Me quedé sin palabras. El director de Mi pie izquierdo (1989), El Boxeador (1997), En el nombre del padre (1993), En América (2012); entre muchos otros filmes, nominado al Oscar y por quien el mundo entero conoció al actor Daniel Day-Lewis. Casi me voy de espaldas. Sus películas me formaron y me abrieron el universo mágico y trágico de Irlanda.
Y lo mejor de todo: está enamorado de México y quiere filmar en nuestro país. Me preguntó: “¿Qué te parece el tema de San Patricio?” Por supuesto le dije que muy bien. “Me encantaría filmar en México, en español creo y tal vez un poco en inglés. Tengo que aprender más español.”
Mientras Sheridan –nacido en Dublín en 1949– trataba de desayunar y comía papaya, le lancé la primera pregunta:

¿Qué significa para ti estar en Guadalajara con tu corto 11th Hour y haber inaugurado junto con Fatih Akin y su cinta Tschick esta edición del festival?

-Hice esta cinta como una respuesta al diálogo anterior a las elecciones de EUA. Yo no era particularmente o directamente “anti Trump” (aunque creo que todo me está llevando en esa dirección). Estoy muy feliz de estar aquí. De cierta forma, creo que es más fácil para mí hacer un cortometraje que un largo, hay mucho más control y es sólo una pequeña “bala” o viñeta, es como un cuento. ¿Sabes? La puedes pulir un poco, es autónoma: me di cuenta que puedes decir muchísimo en tan sólo unos segundos y con muy pocas palabras. En el set, me la pasé cortando el diálogo a lo mínimo.

¿Dónde lo filmaste?

- Lo filmé en un Pub en el barrio de Kilburn en Londres. Puedes filmar un corto en tan sólo unos días. Por ejemplo, para esta cinta, para las secuencial reales del 11 de septiembre sólo utilicé material de archivo y lo corté. Fue increíble porque conocí a Salma y en gran medida, gracias a ella, pudimos conseguir el dinero para hacer el corto.

¿Por qué escogiste a Salma Hayek, por su poder como actriz, porque es mexicana, por qué exactamente?

-Por todas esas razones, pero sobre todo pienso que tiene una gran personalidad, es una mujer muy fuerte. La conocí hace 20 años. Cuando yo filmé In América, ella era todo un ícono en EUA, estaba filmando Frida con Julie Taymor. En ese momento estaba en la cima de su carrera en Hollywood, salía con Edward Norton y éramos buenos amigos los tres. Por un tiempo me consideraron a mi para dirigir  Frida, después yo hice mi película y ella hizo Frida con Julie Taymor. Salma es un ícono.
Cuando te pones a pensar lo grande que es México piensas en los excelentes actores que tiene, como por ejemplo, Diego Luna, Gael García Bernal. Pero Salma es famosa en el mundo de otra forma, creo no hay otra actriz de habla hispana tan célebre como ella en EUA, tal vez Penélope Cruz.

Y todo lo haces con muy pocas palabras, los gestos y los rostros de los actores son lo más importante, los pequeños detalles. Es muy fuerte y poderoso, uno se siente como atrapado ¿Por qué decidiste que casi toda la acción ocurriera en el interior del pub?

- En mi primer guión ellos salían del Pub, pero me di cuenta que funcionaba mejor dejar toda la acción adentro del bar y pensé que era importante que los policías que estaban en él, se percataran de que el taxista era árabe; así que opté porque él entrara. Hay una lección cuando uno hace cine: cada locación es como una “zona de guerra”. Es muy importante poder captar la luz, los gestos de los actores, la escena. Si puedes poner todo en una sola, si puedes traer todo lo del mundo exterior al interior y meterlo en un sólo escenario, es mejor.

¿Qué es lo más importante para ti cuando haces una película y qué es lo que te mantiene haciendo cine? Tal vez ahora no sea tan difícil, pero hubo un tiempo en que pasaste una etapa de muchas carencias, cuando viviste en EUA.

-Para cualquiera es muy complicado hacer una película, incluso para Martin Scorsese. Actualmente él está tratando de hacer una cinta con Robert De Niro y creo que no ha logrado todo el financiamiento que necesitaba de los estudios, me parece que al final la va hacer para Netflix, no sé. Este nuevo modelo de televisión, el modelo Netflix, es como una plaga. Ahora en lugar de ir al cine, la gente ve películas en su computadora o en la televisión y no es lo mismo.
Nunca he visto que nadie explique la diferencia de ver una película así o en el cine, sin embargo, la experiencia es totalmente diferente. En la “vieja” forma de proyectar una película todo era completamente distinto. Los ojos de la especie humana están a acostumbrados a ver 24 cuadros por segundo, lo cual quiere decir que eso se ve como la realidad pero de hecho, no es la realidad, es una realidad “parpadeante”. Entre cada cuadro, entre cada fotograma, hay una parte que no vemos, lo que llamamos “flickering” (titilante). En cada película de 24 cuadros por segundo teníamos aproximadamente de cinco a diez minutos de oscuridad y eso es realmente relajante y te hace entrar en una especie de “trance”. Mientras que lo digital es justo eso: sólo televisión. Cuando era cine, tu mente podía ir a viajar, pero ya no. Lo digital no tiene pausa, no tiene ningún alivio, no tiene ningún elemento artístico en sí mismo.

¿Piensas que las películas y la industria cinematográfica pueden ayudar a provocar un cambio en el público? Quiero decir con los momentos de terror que estamos viviendo hoy en día, con Trump en el mundo. Yo sí creo que el cine puede hacer que las personas nos movamos hacia otra cosa.


- Yo estoy totalmente de acuerdo. Antes el pueblo de Irlanda marchaba por los derechos civiles, cuando no tenían ni derechos. Estaban tomando como ejemplo a los norteamericanos, a Martin Luther King. Tuvo tanto impacto en mi país, que marcharon por sus derechos civiles. Yo creo que el cine es el arte más poderoso. Si los norteamericanos siguen haciendo Spiderman, Superman, etc., van a terminar con Iron Man en la Casa Blanca: un tipo que cree que es “Todo poderoso”. Y la gente piensa que les va a resolver todo. Es totalmente delirante, fuera de la realidad. 



Los ganadores de la  edición 32 del FICG


Everardo González, director de La libertad del diablo
  • Premio Mezcal
  • Mejor Documental Iberoamericano

José Ramón Sánchez Delgado, director de Ayúdame a pasar la noche
  • Premio del Público

Sofía Carrillo, directora de Cerulia
  • Premio “Rigo Mora” al Mejor Cortometraje de Animación

Sofía Gómez Córdova, directora de Los años azules 
  • Mejor Director

María Secco por La libertad del diablo
  • Mejor Cinefotógrafo

Paloma Domínguez por Los años azules
  • Mejor Actriz

José Manuel Poncelis y Eligio Meléndez por Sueño en otro idioma
  • Mejor Actor

lunes, 9 de mayo de 2016

El cine es la mejor forma de viajar...

Viajo Porque Preciso, Volto Porque te Amo, el Filme de Marcelo Gomes atrapa al público del festival de Cine de Toulouse en marzo del 2016.




Marcelo Gomes un ícono cinematográfico de Brasil y del mundo, “un chico de Parnambuco”, viajero incansable y gran conversador. Así como a Don Quijote, a él no lo detiene nada para realizar sus filmes, ni la falta de financiamiento. Le tomó diez años hacer un gran filme, como a Odiseo regresar a Itaca: Viajo porque preciso, Volto porque te amo (2009)


Foto de ©Laura Morsch-Kihn


– La Cineteca de México es increíble, es una maravilla…– Dijo Marcelo Gomes al principio de esta charla que tuvimos el 15 de marzo en el Hotel de France de Toulouse,un hermoso y acogedor sitio para platicar, el hotel existe desde 1890 y se encuentra en el corazón de la ciudad, en el numero 5 de la calle Austerlitz. 

Durante la edición 28 de los “Rencontres de Toulouse” de Cine Latino, Marcelo Gomes, un ícono de Brasil charló conmigo durante casi una hora. Un fenómeno de la cinematografía de la región de Pernambuco, una zona de este país que ha tenido una producción de cine alternativa en los últimos años. Hoy en día, ocurre un happening alrededor de este rincón del mundo, y esto ha coincidido con el hecho de que se ha creado un fondo regional para la cinematografía del nordeste. Gomes es un cineasta muy querido en esta región de Francia: Occitana*: aquí despegó su carrera y desde entonces, año con año ha vuelto con sus cintas al Festival de Cine de Toulouse.  También en marzo del 2016 Marcelo, tuvo un retrospectiva en la Cineteca Nacional de México, donde se proyectaron todos sus filmes.

Texto  Isabel Cárdenas Cortés





¿Qué significa para ti estar en la edición 28 de los “Rencontres de de Toulouse”, en la sección “Otra mirada”? Leí que tu empezaste tu carrera en el festival de Cine de Toulouse con tu primera película, en la sección Cine en construcción…

MG– Mi primera película se llama: Cine, aspirinas y buitres (2005), me tardé como siete años en hacerla, porque no conseguía plata. En aquel tiempo era muy difícil conseguir plata en Brasil para hacer ese tipo de películas, hoy en día es mucho más fácil. Los financiamientos son mejores, hay muchos directores de óperas primas; de una forma o de otra, si tienes un buen guión y un proyecto bien hecho, es más fácil conseguir plata. Hace como doce años en la época de en que hice mi filme, era muy difícil. Entonces conseguí plata para producir la película, no para terminarla. Y pensé: –Dios mío ¿ahora que voy a hacer?– Entonces hicimos un primer corte y lo llevamos a la sección de “Cine en construcción de San Sebastián”. Y ahí estaba el director del festival de Cine de Cannes y le encantó, y otras personas también les gustó… Volvimos a Brasil con plata para terminar la película; y si se nos acababa, hacíamos otro concurso y por fin la terminamos. Tuvo mucho que ver la participación en “Cine en construcción”. Luego, cuando por fin tuvimos una edición final, la metimos para concursar al festival de Cannes y quedamos en la sección “Una cierta Mirada”. Ahí empezó el periplo: la cinta estuvo en más de 50 festivales de cine por el mundo; ganó muchos premios; en el Festival de Cine de Guadalajara obtuvo el premio de “Ópera Prima”. En Brasil ganó el “Premio de Educación Nacional”; este lo da el Ministerio de Educación; y así todavía fue más vista la película. 

¿Es decir que valió la pena la odisea de los siete años para lograr tu ópera prima…?  

MG –Claro… Hubo momentos que hasta pensábamos: –Si no conseguimos plata para terminarla, invitamos a los amigos y que ellos la vean…– Estábamos cansados de tanta lucha. Así que “Cine en Construcción” y “Una Cierta Mirada de Cannes”, nos abrieron todas la puertas…

¿Tu consideras que para los cineastas es muy importante participar en los festivales de cine como Toulouse, aunque sea un festival “pequeño”?

MG –Sin duda; los festivales son una plataforma fundamental, principalmente: “Cine en construcción”, que también hay en Toulouse. Porque aquí viene mucha gente de todo el mundo y de “boca a boca”, se va pasando la voz de que existe tu filme, la gente ve la película, y un distribuidor le cuenta a otro, los premios te dan prestigio también… Para mi primer filme fue muy importante “Cine en construcción”. Y además también el festival de Cannes. Antes de eso nadie me conocía, todo mundo al oír el título decía: –¿Qué es eso de Cine, aspirinas y buitres? ¿Quien es este tipo?– Y yo soy de Recife, en el nordeste de Brasil, y muy poca gente lo conoce. Pues antes el 99% de las producciones de mi país eran de Río o de Sao Paulo. Yo pensaba que México era un poco así ¿no?. Pero hoy en día tenemos filmes que vienen de Salvador de Bahía, de Recife y de todas partes; la producción brasileña es mucho más diversa, en las temáticas y en la geografía. Pero en aquella época era muy difícil. Era como pensar que un filme hecho en Mérida estuviera en Cannes; eso ahora sí es posible, antes no.

Yo pienso que en México sigue siendo difícil, tal vez puedes filmar en otras regiones, pero no sé que tan fácil sea conseguir los financiamientos fuera del D.F.… No estoy segura.

MG -Yo estuve en Cannes en "Una cierta Mirada" el mismo año que Amat Escalante estuvo en la misma sección, con su primera película: Sangre.

Yo estuve ahí, era una de mis primeras veces en el festival de Cine de Cannes como periodista freelance

MG –Entonces yo tenía como 18 años y tu como 17 ¿no?agrega bromeando Marcelo Gomes–.



Marcelo Gomes durante la filmación de Erase una vez yo, Verónica (2012)

Supongo que para ti es muy importante estar en Toulouse y tener una retrospectiva dedicada a ti…

MG –Claro, imagínate: Cine, aspirinas y Buitres, estuvo en Toulouse en la clausura; mi segunda película Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo; también estuvo en Toulouse –por cierto duró mucho tiempo en cartelera en la Cineteca de México, fue todo un fenómeno…– Estuvo en Venecia, en la sección “Horizontes” y luego vino a Toulouse y ganó el premio del Jurado, que es el más importante en Toulouse. Y mi última película también ganó en Toulouse. Así que mi corazón está en Toulouse. El Hombre de las multitudes, también ganó el premio del público en Toulouse. Así que ya son dos filmes míos que han ganado aquí.

Me estabas contando que antes se hacían más películas en Río y en Sao Paulo ¿Hoy en día hay más producción en Recife? ¿Tu dirías que tu cine es un cine que representa tu región, de Recife, o que también representa problemáticas universales?   

MG – Es una cosa muy interesante. Cuando se proyectó mi cinta en Cannes, al mismo tiempo tuvimos tres filmes de Pernambuco, que es mi estado, un estado del nordeste de Brasil, que no está en el centro económico de Brasil. Y me entrevistaron en varios periódicos y me preguntaban: –¿Tu piensas que haces un cine pernambucano?– Y fue muy curios, porque no me imagino que a los directores de Río o de Sao Paulo les pregunten si hacen cine de sus regiones. Yo les dije: –Yo no hago un cine de Pernambuco, pero yo soy un pernambucano; soy un chico de Pernambuco que hace cine, y en él pongo mi acento en la cultura de mi estado, pongo mi punto de vista de Brasil que es muy diferente de Río y Sao Paulo. Pero yo hago cine para el mundo– Y es muy interesante el fenómeno de Toulouse, porque es la primera vez en mi vida que me hacen una retrospectiva en un festival de cine y es fuera de Brasil. En la Cineteca de México ya me hicieron una, pero no en un festival.

Sí, y en la revista del festival de Toulouse ponen mucho el acento en que tu cine es de Pernambuco… ¿Qué tan importante es para ti este aspecto? ¿O tu más bien crees que lo importante es que tu cine nos hable a todos los públicos del mundo?

MG - Hay un poeta portugués que dice: “El río que pasa en tu pueblo, es le mismo río que pasa en un pueblo gigante…”. Es decir, que el mismo río que pasa en mi pueblo, es el mismo río que pasa en México, recorre la sierra, y luego llega al mar; pero fluye de una forma completamente diferente en cada sitio, pero es le “mismo” río. Entonces, si tu hablas de las peculiaridades de tu río, tu estás hablando de algo universal. Mi deseo no era hacer una película universal, pero es muy interesante como mi filme ha viajado por todo el mundo. Es difícil comprender este misterio…

Es interesante ¿Cómo una película atrapa tanto a públicos de un rincón del mundo  como Recife y a otros públicos de lugares tan distantes, como al público de Toulouse?

MG –Es como pasa ahora en México, abres el periódico y resulta que hay cinco directores de Oaxaca viajando por el mundo, ganando premios y seguramente en tu país mucha gente ni sabe que existen sus películas. Pero yo creo que todo esto es una coincidencia histórica, la de Pernambuco, quiero decir, fue una coincidencia que muchos directores de mi región fueran premiados. Una muy buena coincidencia.


Still de la cinta Erase una vez yo, Verónica 
CFoto: Mauro Pinheiro Jr., ABC.


¿Por qué escogiste a Clarice Lispector para tu primer cortometraje?

MG –Porque es una escritora que me encanta, me gusta mucho como trata el flujo de conciencia que maneja en sus libros, es muy poderoso y muy fuerte. Tiene un lenguaje muy autoral: la forma en que trata los problemas de la vida, es muy interesante porque maneja temas universales y al mismo tiempo de la cultura brasileña; tiene una escritura muy peculiar. Clarice Lispector, vivió su infancia en Pernambuco… Ella ha sido una gran influencia en mi vida, no hay un cuento suyo que no me haya influenciado.

¿Ese flujo de conciencia es un poco como el de Virginia Woolf?

MG –Completamente, pero con un toque muy tropical. – Clarice Lispector es nuestra Virginia Woolf– Tengo una biografía de ella que es muy interesante y parece que la van a adaptar al cine, será un filme de Hollywood. Ahora en Inglaterra y en EUA están publicando sus libros, está un poco de moda. Pero en la época que yo hice mi cortometraje, nadie la conocía.
Un amigo mío tal vez va a dirigir la cinta, y quieren hacer un casting muy de Hollywood, pero no se mucho los detalles…



Still de la cinta Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo(2009)


¿En el filme Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo que abrió la sección “Otra Mirada” de Toulouse ¿Cómo fue el trabajo a cuatro manos con Karim Ainouz…? ¿Por qué lo decidieron hacer a “cuatro manos” y como se dividían el trabajo?

MG – Es muy interesante dirigir así, El hombre de las multitudes (2013) también lo hice a cuatro manos con otro realizador con Cao Guimaraes. La casualidad es que yo soy de Parnambuco y Karim es de Sierra, otro estado del nordeste de Brasil; has de cuenta como si fuera de Oaxaca o Chiapas; es una región económicamente muy pobre, pero muy rica culturalmente. Y la ciudad de Cañas Fortaleza, la mía es Recife; y Salvador de Bahía también es de la misma zona; esta es la parte más “famosa” del nordeste de Brasil.
–Yo conocí a Karim en la época en que estaba intentando hacer mi primer largo y no conseguía la plata y Karim intentaba hacer su primer filme: Madame Satá (2002), que también estuvo en Cannes. Y teníamos muchas cosas en común, así que empezamos ayudarnos mutuamente, yo le ayudé a él con su guión y él a mi. Era una colaboración entre dos cineastas del nordeste. Karim quería hacer un cine autoral, con una mirada diferente para contar historias; a nosotros nos gustaban las mismas películas, entonces había algo mutuo muy parecido, muy similar, en lo que buscábamos en el cine. Mientras más trabajábamos en nuestros guiones cada vez se dio más la colaboración. Cuando estábamos a punto de desistir porque no conseguíamos “plata”, Karim me dijo: –¿Por qué no nos vamos para el Sertao? El Sertao (Sertón en castellano) es como el “Western”, en el interior del nordeste está el “desierto”. Mucha gente pobre vive ahí, es un área de Brasil donde hay mucho desempleo, hay una pobreza muy fuerte, hay mucha carencia de agua ¿Sabes?: miseria, hambre…
–Entonces Karim me dijo: –¡Vámonos al Sertao, hagamos un filme juntos!– Así que conseguimos rollos de cine viejos de amigos, cámaras viejas, un poco de “plata” y nos fuimos 40 días al Sertao, sin un guión, y decidimos filmar, todo aquello que nos llamara la atención…

¿Consideras que este filme es un road movie?

 MG – Creo que mi filme es un road movie en un road movie… Luego se acabó este periodo de filmación, pasaron varios meses, empezamos a conseguir “plata”, para nuestros otros guiones, que habían estado paralizados. Karim hizo Madame Satá, estuvo en Cannes en 2002 en “Una Cierta Mirada” y su carrera despegó. Dos años después yo estuve en Cannes, con Buitres. Y un día Karim me dijo – ¿Qué vamos a hacer con todos lo que filmamos en el Sertao?– Veíamos el material y nos encantaba; así que primero hicimos un corto de veinte minutos y pensamos: – Es lindo el corto, pero es un documental...– Queríamos potencializar la energía y la fuerza de las imágenes. Entonces decidimos hacer una locura, porque en la época estaba de moda hacer ficciones que parecieran documentales (docu-ficción). Así que sacamos las imágenes documentales y con ellas hicimos una ficción; después de seis años de haber hecho el viaje conseguimos la “plata” para terminar nuestro filme. O sea en total fueron como diez años…

¿Cómo La Odisea …?

MG – Exactamente, yo soy Penélope que estoy allá esperando. – bromea Marcelo Gomes– Para mi y para Karim es muy fácil trabajar a cuatro manos, pues coincidimos en muchas cosas. No hay ego, dejamos el ego un poco de lado, que es algo muy difícil para un director. El que tiene la mejor idea en un momento dado dirige la escena o hace el corte; pensamos que la mejor idea es lo mejor para el filme. Primero se trata de tener mucha confianza en el otro y el gusto del director; nunca fue difícil hacer un filme a cuatro manos con Karim, porque son cuatro manos que parecen dos manos. Hay pelea, claro, pero no de egos. Dicutimos mucho, pero discutimos para el filme, para mejorarlo, no para levantar nuestros egos.

¿Qué significa para ti el Sertao, este “desierto” del nordeste  de Brasil?

MG:  – Interesante pregunta… Yo tengo una memoria afectiva muy fuerte, porque yo nací en la costa, pero mi padre y mi abuelo hablaban del Sertao de una forma muy mítica. Segundo, porque muchos filmes que fueron realizados en los 60’s o 70’s, como los de Glauber Rocha, mostraban un Sertao, también de una forma muy mítica. Entonces construí en mi memoria, un Sertao muy mítico. También en la literatura es un personaje muy importante. Y nunca fui ahí en mucho tiempo, hasta que hice ese viaje con Karim. Para mi es como viajar a un “mundo mítico”, viajar a un mundo de memorias imaginadas, no vividas.  Viajar con el cine, con mi abuelo, con mi abuela y con mi padre que hablaban todo el tiempo del Sertao. El “desierto” a mi me encanta porque hay unos silencios espaciales, de pronto no hay “nada”, es muy monocromático, es muy parecido a los paisajes; y tu ves gente que vive a cinco o diez kilómetros unos separados de los otros, es una soledad inmensa…




Still de la cinta Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo (2009)

¿De qué viven?

MG – Viven un poco de la agricultura que consiguen hacer y cuando hay lluvia; hay animales que sobreviven en el Sertao que se llaman “Bodys,  son como chivos. Ahora ha cambiado mucho, con las políticas de Lula, porque el también viene de ahí, de esta región. Así que se favoreció mucho la economía y entonces ahora es un poco diferente. Pero lo que me encanta del Sertao, es que para la gente parece una vida muy simple, muy campesina, muy ”linda”, muy “poética”; pero en realidad es muy complicado… Es muy complejo vivir en un sitio donde no hay casi “nada”.





Isabel y María en el desierto de Atacama


Yo estuve el año pasado en el desierto de Atacama, y sí me encantó, pero a los siete días de tener los labios secos y tanto calor, tanta sequía… Era demasiado. Fui con mi hija de cuatro años. Y eso que yo fui como turista, fue increíble, pero me imaginaba la gente que vive ahí y me preguntaba:
– ¿Cómo le hace para soportar tanta sequía, tanto frío, tantos extremos…?–

MG: –Tienes razón, no es nada poético… Por eso en nuestro filme: Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo, pusimos todas esas contradicciones que teníamos en nuestras cabezas; pues construimos un personaje de ficción, que como nosotros estaba viajando. Es un geólogo que está trabajando con la tierra, pero que está viviendo una situación amorosa que lo deja “a flor de piel”. Quisimos construir un personaje que mira para ese sitio y se pregunta: – ¿Por qué esta gente vive ahí, por qué no se van a otro lado y dejan todo…?– Para él es desesperanzador, mirar esa situación… Como bien dices, Atacama es lindo, es “poético”, pero para ir de viaje, uno se pregunta: –¿Cómo será la vida ahí todos los días del año?– .
–Todas esas reflexiones que tuvimos en el viaje y todas las cosas tan fuertes que vimos sobre esa parte de nuestro país… Y a la vez fue lindo, porque hay una cosa cultural muy fuerte en la gente del Sertao, y por eso no se van. Yo siento que están un poco “embriagados”, no se imaginan viviendo en otro sitio…

Y pues ahí nacieron…

MG: – Exactamente, ahí nacieron.  

A mi mucha gente me pregunta: ¿Cómo puedes vivir en el D.F.? Y yo les digo: –Ahí nací, me gusta vivir ahí. No me parece tan monstruoso. Es complejo, sí, pero es mi ciudad…–

MG:  Pues los mismo pasa en el Sertao, culturalmente es muy fuerte… Han convivido con la tierra de una forma muy fuerte…

Hablando del desierto y los viajes: ¿Crees que los viajes de tus personajes, o el viaje en sí para el ser humano, es una forma de regresar a los orígenes, de búsqueda de la identidad…?

MG Yo pienso que hay dos cosas en los viajes: primero que mientras más lejos estás de tu lugar de origen, más abierto estás para las experiencias del mundo, cuando viajas, las cosas acontecen porque ti estás abierto. Es como una forma de abrir tu percepción del mundo, tus ventanas para el mundo, esto a mí me encanta. Te pasan cosas inesperadas, pero eso es posible, porque uno está abierto; es como estar con la ventana del coche abierta mirando las cosas. Cuando sales de tu sitio geográfico a otro yo pienso que pierdes un poco tus prejuicios, el peso social: todo. Estás abierto para la aventura. Otra cosa que me encanta también, es que la mirada del extranjero es muy peculiar, es muy interesante, es única… Es cómo cuando tu fuiste a Atacama: tú tenías una mirada que la gente que siempre ha vivido ahí no puede tener, porque tu traes otra información, otra cultura, otra forma de ver el mundo, y cuando llegas ahí, miras los detalles de otra forma…

Fue como estar en Marte, como estar en otro planeta…

MG: – Exactamente y tú haces preguntas a estas personas y a ellos les parece muy raro lo que tu les preguntas. Por eso me encanta el road movie, primero porque sales de la zona de confort, y segundo, porque te vas a un sitio donde empiezas de “cero”, tu mirada es “virgen”. Por ejemplo tu ahora vienes a Toulouse por primera vez y seguramente miras cosas que nunca habías imaginado; porque traes una mirada “fresca”.



Foto Isabel Cárdenas Cortés, Toulouse


¡Sí es increíble!: Toda la ciudad es “roja” y va cambiando de color conforme sube el sol…

MG: –Tal vez pensarás: –Nunca me enteré que aquí todo era rojo…– Por eso me encanta el road movie porque te sales de la zona de confort al hacerlo y al verlo. Luego poner la cámara en un sitio que nunca nadie lo había puesto y tienes una mirada muy especial.



Una probadita del Cine de Marcelo Gomes



TRAILERS de sus filmes



Cinema, Aspirins and Vultures
https://vimeo.com/71597979
Era uma vez eu, Verônica
https://vimeo.com/81628461


Viajo porque preciso, Volto porque te amo
https://vimeo.com/92863039

O Homem das Multidões
https://vimeo.com/98366457

Agradecimientos especiales:

Al director Marcelo Gomes y a Ernesto Soto por permitirnos utilizar sus imágenes y los trailers de sus cintas.

A Isabelle Buron del Festival de Cine de Toulouse por todo su apoyo.







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