Viajo Porque Preciso, Volto Porque te Amo, el Filme de Marcelo Gomes atrapa al público del festival de Cine de Toulouse en marzo del 2016.
Marcelo Gomes un
ícono cinematográfico de Brasil y del mundo, “un chico de Parnambuco”, viajero incansable y gran
conversador. Así como a Don Quijote, a él no lo detiene nada para realizar sus
filmes, ni la falta de financiamiento. Le tomó diez años hacer un gran filme, como a Odiseo regresar a Itaca:
Viajo porque preciso, Volto porque te amo (2009)
Foto de ©Laura Morsch-Kihn
– La Cineteca de
México es increíble, es una maravilla…– Dijo Marcelo Gomes al principio de esta
charla que tuvimos el 15 de marzo en el Hotel de France de Toulouse,un hermoso y acogedor sitio para platicar, el hotel existe desde 1890 y se encuentra en el corazón de la ciudad, en el numero 5 de la calle Austerlitz.
Durante la
edición 28 de los “Rencontres de Toulouse” de Cine Latino, Marcelo
Gomes, un ícono de Brasil charló conmigo durante casi una hora. Un fenómeno de la cinematografía de la región de Pernambuco,
una zona de este país que ha tenido una producción de cine alternativa en los últimos años. Hoy en día, ocurre un happening alrededor de este rincón del mundo, y
esto ha coincidido con el hecho de que se ha creado un fondo regional para la
cinematografía del nordeste. Gomes es un cineasta muy querido en esta región de
Francia: Occitana*: aquí despegó su carrera y desde entonces, año con año ha
vuelto con sus cintas al Festival de Cine de Toulouse. También en marzo del 2016 Marcelo, tuvo un
retrospectiva en la Cineteca Nacional de México, donde se proyectaron todos sus
filmes.
Texto Isabel Cárdenas Cortés
¿Qué significa para ti estar en la edición 28 de los “Rencontres
de de Toulouse”, en la sección “Otra mirada”? Leí que tu empezaste tu
carrera en el festival de Cine de Toulouse con tu primera película, en la
sección Cine en construcción…
MG– Mi
primera película se llama: Cine, aspirinas
y buitres (2005), me tardé como siete años en hacerla, porque no conseguía plata.
En aquel tiempo era muy difícil conseguir plata en Brasil para hacer ese tipo
de películas, hoy en día es mucho más fácil. Los financiamientos son mejores,
hay muchos directores de óperas primas; de una forma o de otra, si tienes un
buen guión y un proyecto bien hecho, es más fácil conseguir plata. Hace
como doce años en la época de en que hice mi filme, era muy difícil. Entonces
conseguí plata para producir la película, no para terminarla. Y pensé: –Dios
mío ¿ahora que voy a hacer?– Entonces hicimos un primer corte y lo llevamos a
la sección de “Cine en construcción de San Sebastián”. Y ahí estaba el director
del festival de Cine de Cannes y le encantó, y otras personas también les gustó… Volvimos a Brasil con plata para terminar la película; y si
se nos acababa, hacíamos otro concurso y por fin la terminamos. Tuvo mucho que
ver la participación en “Cine en construcción”. Luego, cuando por fin tuvimos
una edición final, la metimos para concursar al festival de Cannes y quedamos
en la sección “Una cierta Mirada”. Ahí empezó el periplo: la cinta estuvo en
más de 50 festivales de cine por el mundo; ganó muchos premios; en el Festival
de Cine de Guadalajara obtuvo el premio de “Ópera Prima”. En Brasil ganó el “Premio de Educación Nacional”;
este lo da el Ministerio de Educación; y así todavía fue más vista la película.
¿Es decir que valió la pena la odisea de los siete
años para lograr tu ópera prima…?
MG –Claro…
Hubo momentos que hasta pensábamos: –Si no conseguimos plata para terminarla,
invitamos a los amigos y que ellos la vean…– Estábamos cansados de tanta lucha.
Así que “Cine en Construcción” y “Una Cierta Mirada de Cannes”, nos abrieron
todas la puertas…
¿Tu consideras que para los cineastas es muy
importante participar en los festivales de cine como Toulouse, aunque sea un festival “pequeño”?
MG –Sin
duda; los festivales son una plataforma fundamental, principalmente: “Cine en
construcción”, que también hay en Toulouse. Porque aquí viene mucha gente de
todo el mundo y de “boca a boca”, se va pasando la voz de que existe tu filme,
la gente ve la película, y un distribuidor le cuenta a otro, los premios te dan
prestigio también… Para mi primer filme fue muy importante “Cine en
construcción”. Y además también el festival de Cannes. Antes de eso nadie me
conocía, todo mundo al oír el título decía: –¿Qué es eso de Cine, aspirinas y buitres? ¿Quien es
este tipo?– Y yo soy de Recife, en el nordeste de Brasil, y muy poca gente lo
conoce. Pues antes el 99% de las producciones de mi país eran de Río o de Sao Paulo. Yo pensaba que México era un poco así ¿no?. Pero hoy en día tenemos
filmes que vienen de Salvador de Bahía, de Recife y de todas partes; la
producción brasileña es mucho más diversa, en las temáticas y en la geografía.
Pero en aquella época era muy difícil. Era como pensar que un filme hecho en
Mérida estuviera en Cannes; eso ahora sí es posible, antes no.
Yo pienso que en México sigue siendo difícil, tal vez
puedes filmar en otras regiones, pero no sé que tan fácil sea conseguir los
financiamientos fuera del D.F.… No estoy segura.
MG -Yo estuve en Cannes en "Una cierta Mirada" el mismo año
que Amat Escalante estuvo en la misma sección, con su primera película: Sangre.
Yo estuve ahí, era una de mis primeras veces en el
festival de Cine de Cannes como periodista freelance…
MG –Entonces yo tenía como 18 años y tu como 17 ¿no? – agrega bromeando Marcelo Gomes–.
Marcelo Gomes durante la filmación de Erase una vez yo, Verónica (2012)
Supongo que para ti es muy importante estar en
Toulouse y tener una retrospectiva dedicada a ti…
MG –Claro,
imagínate: Cine, aspirinas y Buitres, estuvo
en Toulouse en la clausura; mi segunda película Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo; también estuvo en
Toulouse –por cierto duró mucho tiempo en cartelera en la Cineteca de México,
fue todo un fenómeno…– Estuvo en Venecia, en la sección “Horizontes” y luego
vino a Toulouse y ganó el premio del Jurado, que es el más importante en
Toulouse. Y mi última película también ganó en Toulouse. Así que mi corazón
está en Toulouse. El
Hombre de las multitudes, también ganó el premio del público en Toulouse.
Así que ya son dos filmes míos que han ganado aquí.
Me estabas contando que antes se hacían más películas
en Río y en Sao Paulo ¿Hoy en día hay más producción en Recife? ¿Tu dirías que
tu cine es un cine que representa tu región, de Recife, o que también
representa problemáticas universales?
MG – Es
una cosa muy interesante. Cuando se proyectó mi cinta en Cannes, al mismo
tiempo tuvimos tres filmes de Pernambuco,
que es mi estado, un estado del nordeste de Brasil, que no está en el centro
económico de Brasil. Y me entrevistaron en varios periódicos y me preguntaban: –¿Tu piensas que haces un cine pernambucano?–
Y fue muy curios, porque no me imagino que a los directores de Río o de
Sao Paulo les pregunten si hacen cine de sus regiones. Yo les dije: –Yo no hago
un cine de Pernambuco, pero yo soy un pernambucano; soy un chico de Pernambuco
que hace cine, y en él pongo mi acento en la cultura de mi estado, pongo mi
punto de vista de Brasil que es muy diferente de Río y Sao Paulo. Pero yo hago
cine para el mundo– Y es muy interesante el fenómeno de Toulouse, porque es la
primera vez en mi vida que me hacen una retrospectiva en un festival de cine y
es fuera de Brasil. En la Cineteca de México ya me hicieron una, pero no en un
festival.
Sí, y en la revista del festival de Toulouse ponen
mucho el acento en que tu cine es de Pernambuco… ¿Qué tan importante es para ti
este aspecto? ¿O tu más bien crees que lo importante es que tu cine nos hable a
todos los públicos del mundo?
MG - Hay
un poeta portugués que dice: “El río que pasa en tu pueblo, es le mismo río que
pasa en un pueblo gigante…”. Es decir, que el mismo río que pasa en mi pueblo,
es el mismo río que pasa en México, recorre la sierra, y luego llega al mar;
pero fluye de una forma completamente diferente en cada sitio, pero es le
“mismo” río. Entonces, si tu hablas de las peculiaridades de tu río, tu estás
hablando de algo universal. Mi deseo no era hacer una película universal, pero
es muy interesante como mi filme ha viajado por todo el mundo. Es difícil
comprender este misterio…
Es interesante ¿Cómo una película atrapa tanto a
públicos de un rincón del mundo
como Recife y a otros públicos de
lugares tan distantes, como al público de Toulouse?
MG –Es
como pasa ahora en México, abres el periódico y resulta que hay cinco
directores de Oaxaca viajando por el mundo, ganando premios y seguramente en tu país mucha gente ni sabe que existen sus películas. Pero yo creo que todo
esto es una coincidencia histórica, la de Pernambuco, quiero decir, fue una
coincidencia que muchos directores de mi región fueran premiados. Una muy buena coincidencia.
Still de la cinta Erase una vez yo, Verónica
CFoto: Mauro Pinheiro Jr., ABC.
¿Por qué escogiste a Clarice Lispector para tu primer cortometraje?
MG –Porque
es una escritora que me encanta, me gusta mucho como trata el flujo de
conciencia que maneja en sus libros, es muy poderoso y muy fuerte. Tiene
un lenguaje muy autoral: la forma en que trata los problemas de la vida, es muy
interesante porque maneja temas universales y al mismo tiempo de la cultura
brasileña; tiene una escritura muy peculiar. Clarice Lispector, vivió su
infancia en Pernambuco… Ella ha sido una gran influencia en mi vida, no hay un
cuento suyo que no me haya influenciado.
¿Ese flujo de conciencia es un poco como el de
Virginia Woolf?
MG –Completamente,
pero con un toque muy tropical. – Clarice Lispector es nuestra Virginia Woolf–
Tengo una biografía de ella que es muy interesante y parece que la van a
adaptar al cine, será un filme de Hollywood. Ahora en Inglaterra y en EUA están
publicando sus libros, está un poco de moda. Pero en la época que yo hice mi
cortometraje, nadie la conocía.
Un amigo mío tal vez va a
dirigir la cinta, y quieren hacer un casting muy de Hollywood, pero no se mucho
los detalles…
Still de la cinta Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo(2009)
¿En el filme Viajo
porque necesito, vuelvo porque te amo que abrió la sección “Otra Mirada” de Toulouse ¿Cómo fue el trabajo a
cuatro manos con Karim Ainouz…?
¿Por qué lo decidieron hacer a “cuatro manos” y como se dividían el trabajo?
MG – Es
muy interesante dirigir así, El hombre de
las multitudes (2013) también lo hice a cuatro manos con otro realizador con Cao Guimaraes. La casualidad es que yo soy de Parnambuco y
Karim es de Sierra, otro
estado del nordeste de Brasil; has de cuenta como si fuera de Oaxaca o Chiapas;
es una región económicamente muy pobre, pero muy rica culturalmente. Y la
ciudad de Cañas Fortaleza,
la mía es Recife; y Salvador de Bahía también es de la misma zona; esta es la
parte más “famosa” del nordeste de Brasil.
–Yo conocí a Karim en la
época en que estaba intentando hacer mi primer largo y no conseguía la plata y
Karim intentaba hacer su primer filme: Madame Satá (2002), que también
estuvo en Cannes. Y teníamos muchas cosas en común, así que empezamos ayudarnos
mutuamente, yo le ayudé a él con su guión y él a mi. Era una colaboración entre
dos cineastas del nordeste. Karim quería hacer un cine autoral, con una mirada
diferente para contar historias; a nosotros nos gustaban las mismas películas,
entonces había algo mutuo muy parecido, muy similar, en lo que buscábamos en el
cine. Mientras más trabajábamos en nuestros guiones cada vez se dio más la
colaboración. Cuando estábamos a punto de desistir porque no conseguíamos
“plata”, Karim me dijo: –¿Por qué no nos vamos para el Sertao? – El Sertao (Sertón en castellano) es como el “Western”, en el
interior del nordeste está el “desierto”. Mucha gente pobre vive ahí, es un
área de Brasil donde hay mucho desempleo, hay una pobreza muy fuerte, hay mucha
carencia de agua ¿Sabes?: miseria, hambre…
–Entonces Karim me dijo:
–¡Vámonos al Sertao, hagamos un filme
juntos!– Así que conseguimos rollos de cine viejos de amigos, cámaras viejas,
un poco de “plata” y nos fuimos 40 días al Sertao,
sin un guión, y decidimos filmar, todo aquello que nos llamara la atención…
¿Consideras que este filme es un road movie?
MG – Creo que mi filme es un road movie en un road movie… Luego
se acabó este periodo de filmación, pasaron varios meses, empezamos a
conseguir “plata”, para nuestros otros guiones, que habían estado paralizados.
Karim hizo Madame Satá, estuvo en Cannes
en 2002 en “Una Cierta Mirada” y su carrera despegó. Dos años después yo estuve
en Cannes, con Buitres. Y un día
Karim me dijo – ¿Qué vamos a hacer con todos lo que filmamos en el Sertao?– Veíamos el material y nos
encantaba; así que primero hicimos un corto de veinte minutos y pensamos: – Es
lindo el corto, pero es un documental...– Queríamos potencializar la energía y la
fuerza de las imágenes. Entonces decidimos hacer una locura, porque en la época
estaba de moda hacer ficciones que parecieran documentales (docu-ficción). Así
que sacamos las imágenes documentales y con ellas hicimos una ficción; después de seis años de haber hecho el viaje conseguimos la “plata” para
terminar nuestro filme. O sea en total fueron como diez años…
¿Cómo La Odisea
…?
MG –
Exactamente, yo soy Penélope que estoy allá esperando. – bromea Marcelo Gomes–
Para mi y para Karim es muy fácil trabajar a cuatro manos, pues coincidimos en
muchas cosas. No hay ego, dejamos el ego un poco de lado, que es algo muy
difícil para un director. El que tiene la mejor idea en un momento dado dirige
la escena o hace el corte; pensamos que la mejor idea es lo mejor para el
filme. Primero se trata de tener mucha confianza en el otro y el gusto del
director; nunca fue difícil hacer un filme a cuatro manos con Karim, porque son
cuatro manos que parecen dos manos. Hay pelea, claro, pero no de egos.
Dicutimos mucho, pero discutimos para el filme, para mejorarlo, no para
levantar nuestros egos.
¿Qué significa para ti el Sertao, este “desierto” del nordeste de Brasil?
MG: – Interesante pregunta… Yo tengo una memoria afectiva muy fuerte,
porque yo nací en la costa, pero mi padre y mi abuelo hablaban del Sertao de una forma muy mítica. Segundo, porque muchos filmes que fueron realizados en los 60’s o 70’s, como los de Glauber Rocha, mostraban un Sertao, también de una forma muy mítica.
Entonces construí en mi memoria, un Sertao
muy mítico. También en la literatura es un personaje muy importante. Y nunca
fui ahí en mucho tiempo, hasta que hice ese viaje con Karim. Para mi es como
viajar a un “mundo mítico”, viajar a un mundo de memorias imaginadas, no
vividas. Viajar con el cine, con mi abuelo, con mi abuela y con mi padre que hablaban todo el tiempo del Sertao. El
“desierto” a mi me encanta porque hay unos silencios espaciales, de pronto no
hay “nada”, es muy monocromático, es muy parecido a los paisajes; y tu ves
gente que vive a cinco o diez kilómetros unos separados de los otros, es una
soledad inmensa…
Still de la cinta Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo (2009)
¿De qué viven?
MG – Viven
un poco de la agricultura que consiguen hacer y cuando hay lluvia; hay animales
que sobreviven en el Sertao que se
llaman “Bodys”, son como chivos. Ahora ha cambiado mucho, con las políticas de Lula, porque el también
viene de ahí, de esta región. Así que se favoreció mucho la economía y entonces
ahora es un poco diferente. Pero lo que me encanta del Sertao, es que para la gente parece una vida muy simple, muy
campesina, muy ”linda”, muy “poética”; pero en realidad es muy complicado… Es muy complejo vivir en un sitio donde no hay casi “nada”.
Isabel y María en el desierto de Atacama
Yo estuve el año pasado en el desierto de Atacama, y
sí me encantó, pero a los siete días de tener los labios secos y tanto calor,
tanta sequía… Era demasiado. Fui con mi hija de cuatro años. Y eso que yo fui
como turista, fue increíble, pero me imaginaba la gente que vive ahí y me
preguntaba:
– ¿Cómo le hace para soportar tanta sequía, tanto
frío, tantos extremos…?–
MG: –Tienes
razón, no es nada poético… Por eso en nuestro filme: Viajo porque necesito, vuelvo porque te amo, pusimos todas esas
contradicciones que teníamos en nuestras cabezas; pues construimos un personaje
de ficción, que como nosotros estaba
viajando. Es un geólogo que está trabajando con la tierra, pero que está
viviendo una situación amorosa que lo deja “a flor de piel”. Quisimos construir
un personaje que mira para ese sitio y se pregunta: – ¿Por qué esta gente vive
ahí, por qué no se van a otro lado y dejan todo…?– Para él es
desesperanzador, mirar esa situación… Como bien dices, Atacama es lindo, es
“poético”, pero para ir de viaje, uno se pregunta: –¿Cómo será la vida ahí
todos los días del año?– .
–Todas esas reflexiones que
tuvimos en el viaje y todas las cosas tan fuertes que vimos sobre esa parte de
nuestro país… Y a la vez fue lindo, porque hay una cosa cultural muy fuerte en
la gente del Sertao, y por eso no se
van. Yo siento que están un poco “embriagados”, no se imaginan viviendo en otro
sitio…
Y pues ahí nacieron…
MG: – Exactamente,
ahí nacieron.
A mi mucha gente me pregunta: ¿Cómo puedes vivir en
el D.F.? Y yo les digo: –Ahí nací, me gusta vivir ahí. No me parece tan
monstruoso. Es complejo, sí, pero es mi ciudad…–
MG: –Pues los mismo pasa en el Sertao, culturalmente es muy fuerte… Han convivido con la tierra de
una forma muy fuerte…
Hablando del desierto y los viajes: ¿Crees que los
viajes de tus personajes, o el viaje en sí para el ser humano, es una forma de
regresar a los orígenes, de búsqueda de la identidad…?
MG – Yo pienso que hay dos cosas en los viajes: primero
que mientras más lejos estás de tu lugar de origen, más abierto estás para las
experiencias del mundo, cuando viajas, las cosas acontecen porque ti estás
abierto. Es como una forma de abrir tu percepción del mundo, tus ventanas para
el mundo, esto a mí me encanta. Te pasan cosas inesperadas, pero eso es
posible, porque uno está abierto; es como estar con la ventana del coche
abierta mirando las cosas. Cuando sales de tu sitio geográfico a otro yo pienso
que pierdes un poco tus prejuicios, el peso social: todo. Estás abierto para la
aventura. Otra cosa que me encanta también, es que la mirada del extranjero es
muy peculiar, es muy interesante, es única… Es cómo cuando tu fuiste a Atacama:
tú tenías una mirada que la gente que siempre ha vivido ahí no puede tener,
porque tu traes otra información, otra cultura, otra forma de ver el mundo, y
cuando llegas ahí, miras los detalles de otra forma…
Fue como estar en Marte, como estar en otro planeta…
MG: – Exactamente
y tú haces preguntas a estas personas y a ellos les parece muy raro lo que tu les
preguntas. Por eso me encanta el road movie, primero porque sales de la zona de confort, y segundo, porque
te vas a un sitio donde empiezas de “cero”, tu mirada es “virgen”. Por ejemplo
tu ahora vienes a Toulouse por primera
vez y seguramente miras cosas que nunca habías imaginado; porque traes una
mirada “fresca”.
Foto Isabel Cárdenas Cortés, Toulouse
¡Sí es increíble!: Toda la ciudad es “roja” y va
cambiando de color conforme sube el sol…
MG: –Tal
vez pensarás: –Nunca me enteré que aquí todo era rojo…– Por eso me encanta el road movie porque te sales de la zona de
confort al hacerlo y al verlo. Luego poner la cámara en un sitio que nunca
nadie lo había puesto y tienes una mirada muy especial.
Una probadita del Cine de Marcelo Gomes
TRAILERS de sus filmes
Agradecimientos especiales:
Al director Marcelo Gomes y a Ernesto Soto por permitirnos utilizar sus imágenes y los trailers de sus cintas.
A Isabelle Buron del Festival de Cine de Toulouse por todo su apoyo.